domingo, 12 de mayo de 2013

¿QUIÉN ES LA AUTORA DE VISIONES?

Muchos de nuestros espectadores al finalizar la representación, y sorprendidos por ese texto potente y barroco, nos preguntan quién es la autora de VISIONES DE MARGARITA DE NAVARRA: ¿de dónde ha salido?, ¿por qué no han oído hablar de ella antes?...
Pues bien, la propia ÁNGELES CARMONA nos ofrece aquí una biografía muy particular.

Ángeles Carmona en el estreno de "Visiones de Margarita de Navarra" en el teatro Viñagrande de Alcorcón (17/3/13)


       
         Ángeles Carmona (1961) nació y vivió a caballo entre el País Vasco y Madrid, se crió en el péndulo invierno-verano, colegio-vacaciones, o sea, en el desarraigo, dándose cuenta enseguida de la brevedad de la vida. Esto hizo que saliera catapultada al mundo para comprender su porqué de la mejor manera: viajando. Comenzó como animadora y guía turística (cuando no existían títulos), se matriculó en Filología Hispánica en la Complutense y con 21 años se marchó a París a estudiar Teatro en la escuela de Jacques Lecoq. Esto, dicho así de un plumazo, parece nada o la historia de la niña rica pagada por sus papás, pero la realidad es que el destino se apareció en forma de billetera con 300.000 pts en francos que le permitieron estudiar y vivir en París, siguiendo las huellas de tantos escritores. Pues Carmona, más que actuar, lo que quería era escribir y miraba con mayor perspectiva la pequeña vida de la escuela mientras leía El filo de la navaja, a Fulcanelli o a Cortázar. A pesar de todo, los dos años de formación fueron inolvidables y en 1984 se montó en el péndulo y regresó a Madrid con una base teatral de movimiento insuperable, terminando la carrera de Literatura (pues hasta entonces iba por libre) en 1987.
Comienza aquí la segunda parte de su vida, de 1988 a 1998.
No queriendo hacer oposiciones, se dedicó al free lance en editoriales (correctora tipográfica, documentalista, redactora, lectora, diseñadora de proyectos…), imparte clases extraescolares de Teatro. Importantísimo para ella fue el Ateneo de Madrid, del que fue socia activa y donde tuvo la oportunidad de aprender la retórica y dialéctica de las antiguas asambleas, tratar a los coletazos del surrealismo (Paco Umbral, Julián Marcos, Rafael Lorente, Cristina Maristany, Pepe Esteban, Antonio Artero, Pilar Flores, Modesto Roldán, el Grupo 38…) y vivir la Literatura en directo. En este decenio germinan obras y proyectos: escribe La rosa y el mar (1987), idea las Visiones de Margarita de Navarra (1993), concibe su tesis Furtuling: un estudio sobre el Movimiento como origen del Lenguaje (1994), y pide consejo a Agustín García Calvo.
En la tercera parte de su vida (1998-2008), Carmona toma grandes decisiones: llega a Toledo y se queda, se lanza a hacer Teatro. En la última visita de Lecoq a España, en 1996, conoce al director Carlos Alcalde, con el que monta La rosa y el mar en Madrid (UCM 1999) y Toledo (UCLM2001). Se encuentra con Blai Senabre, actor profundo, y con él estrena sus textos Futurling (la Tesis puesta en escena, 2000), Maldoror (2001), Boscomelo (2002), Don Quijote Curioso (2003), Desafío Verne (2005), Cuentos a Caballete (2006).
Sigue trabajando en su Tesis, estudia Ritmo con Javier Sánchez González (CSIC), comienza a leer las Soledades de Góngora. Toledo es maravilloso en cuanto a las relaciones humanas, pero en cuanto a seriedad en el trabajo es un desastre. Carmona se cansa y montándose de nuevo en el péndulo se marcha al País Vasco, entre otras cosas en busca de sus raíces (2002), una beca de 600e de Eusko Ikaskuntza, la Academia de la Lengua Vasca, la anima a ello. Se instala en Hondarribia, escribe por fin las Visiones de Margarita de Navarra (2003), sortea como puede el inconveniente de no saber euskera y a pesar de ello da clases de Teatro en los institutos de Irun y Errenteria (2005-2008). La investigación de Futurling la lleva hasta el Alzheimer, se dedica a cuidar a ancianos y a afectados diseñando un programa de estimulación cognitiva.
Mientras tanto, el péndulo sigue su curso y Carmona baja a Madrid y Toledo con frecuencia. Antonio Lázaro, director entonces del Servicio de Publicaciones de la Junta de Castilla-La Mancha, se interesa por el manuscrito de Margarita, que se publica en 2007 con prólogo de José Rosell. Lo mismo sucede con Góngora Ya (z) en 2009, con prólogo de Fernando Arrabal. Dos firmas de lujo.
Entonces Carmona tiene que tomar otra decisión, y aquí comienza la cuarta parte de su vida (2009 hasta hoy). Por un lado, el País Vasco es estupendo para trabajar con seriedad, le gusta aprender euskera, pero en cuanto a las relaciones humanas es un desastre; por otro, la importancia de la figura de Góngora. Conoce la idiosincrasia toledana y sabe que si no está presente en el proceso editorial del libro la empresa puede dilatarse hasta el infinito. Así que en 2009 regresa a Toledo, se publica Góngora Ya (z). Entre los aciertos del libro están la Baraja Góngora y El Bingo del Gongorito (Irun 2008), espectáculo que llevó al Festival de Almagro en 2011, haciendo asequible la poesía de las Soledades al gran público.
Al mismo tiempo, su relación inquebrantable de amistad y oficio con Antonio de la Fuente Arjona, director y escritor, culmina con la puesta en escena de las Visiones de Margarita de Navarra (2012), un montaje inaudito en el panorama teatral de hoy por la trascendencia del texto, por el acierto de una dirección arriesgada y sabia, y por la pasión de unas actrices que encarnan el ideal soñado por Carmona. Ángeles escribe para Teatro, que es lo que ha deseado siempre, y ver sus sueños en escena, que también ha conseguido. No se puede ser más feliz.
En este último año, Carmona ha sacado a la luz Meditación en el fregadero (a vueltas con la Tesis) y Don Quijote Apasionado, dos miniespectáculos. Pero está cansada de actuar, no le da tiempo a escribir, que es lo que quiere realmente. Además, se muere de hambre, pues los voluntarios culturales y los aficionados quitan trabajo a los actores profesionales. Tampoco hay que olvidar que el péndulo sigue moviéndose y que el contrato de alquiler de su casa toledana termina en 2015, tras el centenario de El Greco.
Quizás sea esta la fecha de inicio de otra nueva etapa, en la que Carmona se imagina dando la vuelta al mundo con Margarita y el Gongorito, para finalmente instalarse en un chiringuito de los mares del Sur, a servir paellas, mientras escribe por las tardes frente al mar.